Foto: Rafael López |
Hellín tiene un interesante patrimonio artístico que está huérfano de estudios monográficos. En el siglo XVIII existían allí 26 ermitas, de las cuales, la mayor parte han desaparecido. Una de ellas, construida en el siglo XVII, estaba dedicada al Santo Ángel Rafael y todavía se conserva. Las primeras noticias sobre esta devoción datan de tiempos de Felipe II, época en la que se le daba culto por creer que conjuraba tormentas. Con el paso del tiempo, su carácter profiláctico le convirtió en patrón de Hellín. La ermita del Santo Ángel es un edificio construido en materiales modestos (ladrillo, yeso y madera), presidido por una interesante escultura de bulto redondo del siglo XVII, que los hellineros identifican con San Rafael, pero cuyos atributos iconográficos están a medio camino entre San Miguel (viste de militar, armado con espada y escudo), San Rafael (presencia de Tobías con el pez) y el Ángel Custodio (en versión formalmente muy próxima a la que pintó Juan de Juanes). El autor de la escultura es desconocido, pero la hipótesis más razonable es identificarlo con el toledano Manuel de Herviás a través del testamento de Cristóbal Lozano Sánchez, fechado en 1667. La devoción al Santo Ángel explica algunas otras obras de arte como un panel de azulejos pintado por Juan de Padilla (colección particular), y el San Miguel ejecutado por el escultor napolitano José Sarno en 1775 (Santa Clara de Hellín).
Foto: Rafa Millán |
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“El día de San Rafael”, de Antonio Moreno García