• El afecto y el reconocimiento.
• El diálogo, la escucha y la comprensión.
• La autoridad, aplicada desde la competencia y la ecuanimidad.
• La coherencia y el sentido común.
• El respeto y los valores humanos.
Y cuando es preciso dar órdenes, reprender o regañar, también conviene que los padres sepan cómo hacerlo de modo eficaz. El hogar no es un sitio de paso en el que únicamente se satisfacen las necesidades básicas propias de la supervivencia. Es un espacio que debe posibilitar una convivencia real, en la que hay que cuidar día a día todo aquello que contribuye al bienestar y la felicidad de todos y cada uno de sus miembros.
Fuente: http://www.casadellibro.com/libro-educar-sin-gritar-padres-e-hijos-convivencia-o-superviviencia/9788497346887/1175889#modSipnosis
Web de interés: http://forum-psicologos.blogspot.com.es/2008/12/educar-sin-gritar.html
“Educar sin gritar” está disponible en:
BPM de Agramón